CAIDAS EN EL ANCIANO
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define caída como la
consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al paciente al suelo,
contra su voluntad. Junto con la inestabilidad, constituye uno de los grandes
síndromes geriátricos.
Las caídas, especialmente si se repiten,
deben considerarse como indicadoras de una situación de fragilidad o de
tendencia a la discapacidad, son tanto el resultado como la causa de diversos trastornos.
Los factores causantes de una caída pueden
ser intrínsecos (relacionados con el propio paciente) o extrínsecos (derivados
de la actividad o del entorno).
Dentro de los factores intrínsecos de una caída, se incluyen:
—
Alteraciones fisiológicas relacionadas con la edad
—
Enfermedades tanto agudas como crónicas
—
Número y tipo fármacos que consume.
Respecto a los factores extrínsecos hay que tener en cuenta el entorno o ambiente
en que se mueve el anciano, así como su nivel de actividad. Entre las que más frecuentemente
se asocian a caídas figuran levantarse y meterse en la cama, sentarse y
levantarse de la silla y subir y bajar escaleras.
El riesgo de caída se incrementa conforme aumentan los factores de
riesgo, aunque debemos saber que son los factores intrínsecos los más
importantes en la génesis de una caída
Una de las consecuencias no derivadas directamente
de las lesiones producidas en la caída, pero que afecta a la persona mayor y su
entorno, es el denominado Síndrome post-caída.
El síndrome post -caída, tras sufrir esta o
no, incluye tanto el miedo a padecer una nueva caída, como la pérdida de
confianza para desarrollar una determinada actividad sin caerse, así como la
disminución de la movilidad y de la capacidad funcional.
Según diversos estudios, entre un 20 y un
46% de las personas mayores que no han sufrido ninguna caída y entre el 40 y el
73% que sí la han sufrido, manifiestan miedo a caerse.
Para la resolución de este problema se debe
plantear una propuesta de actuación que ayude a superar el miedo. En primer
lugar es fundamental la motivación del paciente y la explicación de la acción
que deberá llevar a cabo. Es necesario proporcionar información continua de
sus éxitos, esfuerzos y capacidades, rechazando las minimizaciones que haga de
sus logros y estimulándole a que se evalúe deforma más realista, valorando los éxitos
que va obteniendo.
Con ayuda de una buena terapia
conseguiremos:
— Su correcta
recuperación física
— El evitar las
complicaciones inherentes a la inmovilidad
— La independencia
funcional
— El mantenimiento
de sus relaciones familiares y sociales
— Buscamos por
tanto, el mantenimiento de la calidad de vida.
BIBLIOGRAFÍA:
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