27 de marzo de 2012

TEMA 11


CAIDAS EN EL ANCIANO

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define caída como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al paciente al suelo, contra su voluntad. Junto con la inestabilidad, constituye uno de los grandes síndromes geriátricos.

Las caídas, especialmente si se repiten, deben considerarse como indicadoras de una situación de fragilidad o de tendencia a la discapacidad, son tanto el resultado como la causa de diversos trastornos.

Los factores causantes de una caída pueden ser intrínsecos (relacionados con el propio paciente) o extrínsecos (derivados de la actividad o del entorno).

Dentro de los factores intrínsecos de una caída, se incluyen:
      Alteraciones fisiológicas relacionadas con la edad
      Enfermedades tanto agudas como crónicas
      Número y tipo fármacos que consume.

Respecto a los factores extrínsecos hay que tener en cuenta el entorno o ambiente en que se mueve el anciano, así como su nivel de actividad. Entre las que más frecuentemente se asocian a caídas figuran levantarse y meterse en la cama, sentarse y levantarse de la silla y subir y bajar escaleras.

El riesgo de caída se incrementa conforme aumentan los factores de riesgo, aunque debemos saber que son los factores intrínsecos los más importantes en la génesis de una caída

Una de las consecuencias no derivadas directamente de las lesiones producidas en la caída, pero que afecta a la persona mayor y su entorno, es el denominado Síndrome post-caída.

El síndrome post -caída, tras sufrir esta o no, incluye tanto el miedo a padecer una nueva caída, como la pérdida de confianza para desarrollar una determinada actividad sin caerse, así como la disminución de la movilidad y de la capacidad funcional.

Según diversos estudios, entre un 20 y un 46% de las personas mayores que no han sufrido ninguna caída y entre el 40 y el 73% que sí la han sufrido, manifiestan miedo a caerse.

Para la resolución de este problema se debe plantear una propuesta de actuación que ayude a superar el miedo. En primer lugar es fundamental la motivación del paciente y la explicación de la acción que deberá llevar a cabo. Es necesario proporcionar información continua de sus éxitos, esfuerzos y capacidades, rechazando las minimizaciones que haga de sus logros y estimulándole a que se evalúe deforma más realista, valorando los éxitos que va obteniendo.

Con ayuda de una buena terapia conseguiremos:
— Su correcta recuperación física
— El evitar las complicaciones inherentes a la inmovilidad
— La independencia funcional
— El mantenimiento de sus relaciones familiares y sociales
— Buscamos por tanto, el mantenimiento de la calidad de vida.



BIBLIOGRAFÍA:
Lázaro del Nogal M. Caídas en el anciano. Med Clin (Barc). 2009;133(4):147–153. Disponible en: http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/2/2v133n04a13139248pdf001.pdf

Parrilla F.M, Vargas D.A, Cárdenas D.P, Martínez S, Díaz M.A, Cárdenas Cruz A. Factores de riesgo, precipitantes, etiología y  consecuencias de las caídas en el anciano. Medicina de Familia 2004; 1: 31-34. Disponible en:

Gandoy M, Lopez A, Varela N, Lodeiro L, López M, Millán J.C. Manejo del síndrome post-caída en el anciano. Clínica y Salud, 2001, vol. 12 n°. 1 - Págs. 113-119. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/1806/180618320006.pdf

20 de marzo de 2012

TEMA 10


DETERIORO COGNITIVO Y RIESGO DE CAÍDA EN EL ANCIANO



En el deterioro cognitivo leve y en la demencia, incluso en estadios precoces y en ausencia de signos neurológicos, el riesgo de caída está aumentado. La incidencia de caídas es dos o tres veces mayor en ancianos con demencia que en aquellos sin deterioro cognoscitivo.


En estos momentos la función de  la deambulación más que un acto motor automático se considera un acto motor complejo  que depende de la interacción coordinada de múltiples sistemas y en el que la función cognoscitiva jugaría un papel clave en su regulación, fundamentalmente en ancianos.

Clásicamente los trastornos de la marcha en pacientes con  demencia se han relacionado con las fases avanzadas de la enfermedad, sin embargo en los últimos años diversos estudios han demostrado que las alteraciones en el control cortical de la marcha y de ciertas deficiencias motoras eran uno de los signos precoces de enfermedad de Alzheimer y demencia no Alzheimer.


El estudio de un anciano con caídas debe evaluar diversos aspectos desde antecedentes de caídas, enfermedades, medicación, fuerza muscular, agudeza visual, hasta  realizar una adecuada revisión de calzado y pies. 

En los ancianos  con deterioro cognoscitivo y alteraciones sutiles de la marcha su detección puede ser difícil, utilizando para ello  pruebas duales que consisten en medir  el efecto de una carga cognitiva en la ejecución de la marcha, basado en las relaciones neuroanatómicas y funcionales que explican la asociación entre la marcha y la cognición; un ejemplo sencillo sería contar o hablar simultáneamente mientras se camina. 

Se ha comprobado como los ancianos que presentan una función ejecutiva más deteriorada, puesta de manifiesto con estas pruebas duales, tienen una mayor probabilidad de caerse. Por todo ello algunos autores  proponen asociar a la valoración tradicional de un anciano con caídas, las pruebas duales, sobretodo  asocia deterioro cognoscitivo.

Existe poca evidencia científica sobre la intervención en estos pacientes, recomendando la Vitamina D, ejercicio físico y entrenamiento en pruebas duales.



BIBLIOGRAFÍA: Casas Herrero A., Martinez Velilla N., Alonso Renero F.J. Deterioro cognitivo y riesgo de caída en el anciano. Rev Esp Geriatr Gerontol.2011; 46(6):311-318.

19 de marzo de 2012

TEMA 9

HIPERGRANULACIÓN EN HERIDAS CRÓNICAS: UN PROBLEMA OCASIONAL PERO NO INFRECUENTE

El termino hipergranulación se describe como el crecimiento exuberante y desmesurado del tejido de granulación durante la fase proliferativa del proceso de cicatrización.  Un crecimiento anómalo que rebasaría los bordes de la herida y que impediría la correcta epitelización y entrada de la lesión en fase de maduración.


La hipergranulación es problema ocasional pero no infrecuente. Ocurre en heridas que incluyen incisiones y heridas posquirúrgicas, los estomas (gastrostomías, traqueostomias, etc) y las heridas crónicas.
El objetivo de este artículo es hacer una búsqueda bibliográfica sobre hipergranulación en heridas. Son pocos los artículos y citas bibliográficas que hablan sobre este tema, debido a que la hipergranulación no causa molestias, ni supone un riesgo inmediato para el bienestar del paciente.

El mecanismo fisiopatológico de la hipergranulación parece deberse a una excesiva y prolongada respuesta inflamatoria. Esta respuesta podría ser debida a diversos agentes, como presencia de cuerpos extraños: suturas, restos de gasas, sondas de gastrostomía, cánulas de traqueostomía o catéteres suprapúbicos (por fricción constante en el punto de inserción); aunque en heridas crónicas aparece sin la presencia de ellos. Otro mecanismo causante podría ser el exceso de humedad en el lecho lesional. Donde parece existir un mayor consenso es  en la hipótesis de  la infección o elevada carga bacteriana como desencadenante de la hipergranulación.

Es importante diferenciar, en caso de heridas crónicas, la hipergranulación de un proceso denominado “úlcera de Marjoli”, que se trata de la malignización de una úlcera; por lo tanto cuando nos encontremos una herida de larga evolución  en la que aparecen signos de hipergranulación, sangrado, o escasa o nula tendencia a la cicatrización, sería necesaria una biopsia para descartar este proceso que en muchos casos es debido a un carcinoma celular escamoso.
Las opciones terapéuticas se basan en dos pilares, por un lado la disminución de la respuesta inflamatoria (nitrato de plata, exeresis del tejido de hipergranulación, corticoides, imiquimod, laserterapia y crioterapia) y eliminación de la posible etiología responsable (infección o elevada carga bacteriana, exceso de humedad, cuerpo extraño, fricción de sonda estomal).

El autor, como conclusión y ante la escasez de trabajos de investigación, propone  el método menos traumático posible en función del tipo de hipergranulación, reservando las opciones más traumáticas para los casos de mayor gravedad.

BIBLIOGRAFÍA: Chaverri Fierro D.  “Hipergranulación en heridas crónicas: un problema ocasional pero no infrecuente.” Geronkomos. 2007; 18 (3): 150-154.
Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-928X2007000300006







16 de marzo de 2012

TEMA 8



INMOVILIDAD EN EL ANCIANO: CAUSAS, CONSECUENCIAS Y TRATAMIENTO.


El síndrome de inmovilidad comprende la reducción de la capacidad para desempeñar las actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones relacionadas con el sistema neuro-músculo-esquelético, con la afectación particular de la movilidad como función física imprescindible para la independencia del individuo.


Se estima que en personas mayores de 65 años el 18% tiene problemas para movilizarse sin ayuda y a partir de los 75 años más de la mitad tiene dificultades para salir de casa, estando un 20% confinado a su domicilio.

Los sistemas más afectados por la inmovilidad son el cardiovascular y el musculoesquelético. En ellos y en el resto de sistemas se aprecian cambios que, a su vez, contribuyen a perpetuar el síndrome.

  • Sistema cardiovascular: los cambios fisiopatológicos se observan al cabo de pocos días en el caso de los ancianos. Existe alteración del flujo sanguíneo, intolerancia al ejercicio y riesgo de desarrollar complicaciones tromboembólicas.
  • Sistema musculoesquelético: Se observa atrofia muscular de predominio en músculos flexores y en EEII (extremidades inferiores), disminuye la masa ósea, aparecen contracturas musculares y osificaciones heterotópicas de predominio en zonas proximales articulares. Las articulaciones más afectadas por la inmovilidad son el tobillo (desarrollo de pie equino) y cadera (flexo).


La evaluación cuidadosa del paciente inmóvil está dirigida a la identificación de las posibles causas, a determinar el grado de discapacidad del paciente mediante instrumentos evaluativos y a la planificación de objetivos terapéuticos. Una anamnesis y un examen físico adecuados orientarán acerca de las causas y las consecuencias, con la ayuda de los exámenes complementarios que se consideren en cada caso particular

Una vez valorada la situación de inmovilidad del paciente se realizará un plan de actuaciones que incluya: Tratamiento etiológico, plan de rehabilitación, ayudas técnicas para la movilización (bastón, muletas, andador), modificaciones ambientales (eliminación de barreras arquitectónicas) y prevención de las complicaciones asociadas

El síndrome de inmovilización, cuando se establece, requiere de un trabajo de equipo para su tratamiento, donde resulta muy importante la cooperación del paciente y sus familiares, así como la labor de médicos, enfermeras y personal asistente.



BIBLIOGRAFÍA: Romero A.J, Álvarez  M, Hernández L. Inmovilidad en el Anciano: causas, consecuencias y tratamiento. Rev. Asoc. Colomb. Gerontol. Geriatr. 2007; 21 (3): 1063- 1069. Disponible en: http://www.acgg.org.co/pdf/pdf_revista/2007/21-3.pdf#page=25


15 de marzo de 2012

TEMA 7


CONTROL FARMACOLÓGICO EN EL PACIENTE ANCIANO/PACIENTE CON PLURIPATOLOGÍA

 El dolor —según la International Asociation for the Study of Pain (IASP)— es definido como una experiencia sensorial o emocional desagradable, asociada a daño tisular real o potencial, o bien descrita en términos de tal daño.


La asociación dolor-vejez es un binomio que se asocia con gran frecuencia.
El dolor como sensación subjetiva va a estar influenciada por la edad, el género, la presencia de patologías acompañantes, la existencia de alteraciones del estadio de ánimo y por gran cantidad de factores psicosociales. Esta patología se va a acompañar de importantes repercusiones en la realización de actividades de la vida diaria y en la propia calidad de vida.

La presencia de dolor moderado-severo afecta al 75% de los mayores de 77 años y en el 68% de los mayores de 65 años. El 93% de los ancianos no están satisfechos con  el control del dolor.

Las consecuencias que el dolor, y sobre todo el mal control del dolor, va a tener sobre la población anciana son múltiples y entre ellas se encuentran la depresión, el aislamiento social, las alteraciones de la marcha y del ritmo vigiliasueño y una mayor utilización de los diferentes recursos sanitarios

La valoración del dolor debe ser definida como el quinto signo vital. Es decir, en todo paciente anciano debemos recoger datos sobre la tensión arterial, la temperatura, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, y además recoger la presencia y cuantificar la existencia de dolor.

Son múltiples y variadas las escalas diseñadas para la evaluación y valoración del dolor, las más ampliamente utilizadas son las escalas analógicas.


La Escala visual analógica (EVA) es el método subjetivo más empleado por tener una mayor sensibilidad de medición, no emplea números ni palabras descriptivas. Requiere, no obstante, mayor capacidad de comprensión y colaboración por parte del paciente. Consiste en una línea de 10 cm de longitud, en los extremos se señala el nivel de dolor mínimo y máximo, el paciente debe marcar con una línea el lugar donde cree que corresponde la intensidad de su dolor.


Durante el curso del tratamiento, el paciente necesita un control continuo y su familia deberá recibir información completa y colaborar activamente, con el fin de lograr un estado en el que su dolor, en caso de no poder ser controlado totalmente, no interfiera con su situación funcional, intentando conseguir un adecuado balance entre analgesia y efectos adversos. 


Alcanzar la máxima calidad de vida es nuestra meta, también en el anciano.


BIBLIOGRAFÍA:

13 de marzo de 2012

TEMA 6

INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA PARA DISMINUIR LAS COMPLICACIONES DERIVADAS DE LA HOSPITALIZACIÓN EN LOS ANCIANOS

La hospitalización supone para el anciano, independientemente de la causa del ingreso, un factor de riesgo.

Durante la estancia en el hospital,  los ancianos se encuentran en un entorno desconocido, se ven sometidos a procedimientos diagnósticos y terapéuticos, a un mayor reposo que limita la capacidad de movimiento e incluso puede llega a generar inmovilidad y supresión sensorial, con la consiguiente dependencia, pérdida total o parcial de la autonomía, alteraciones cognitivas, depresión y trastornos nutricionales.


Como consecuencia, se puede producir una disminución en la calidad de vida del anciano, con aumento de la duración de las estancias hospitalarias, incrementando los costes, y con un aumento de las tasas de mortalidad. En ocasiones,  las alteraciones derivadas de la hospitalización exigen una atención en el domicilio del anciano que previamente no necesitaba e , incluso la situación generada puede llevar al ingreso de la persona mayor en un centro residencial.


Las complicaciones más comunes en el ámbito hospitalario referente a los pacientes geriátricos, sin relación con la enfermedad base son:
  • Aumento del riesgo de úlceras por presión.
  • Facilidad para las caídas, una de las principales causas de morbimortalidad en los ancianos.
  • Neumonías u otras infecciones.
  • Incontinencia fecal y/o urinaria.
  • Tromboembolismo.


Para prevenir dichas complicaciones, cobra gran importancia una valoración integral que determine los riesgos de deterioro funcional y de aparición de complicaciones para poder planificar cuidados específicos para la población anciana hospitalizada que minimicen o prevengan los principales problemas que puedan presentarse. Así mismo, se consideran de gran importancia aplicar cuidados de educación, al anciano y acompañante, durante la hospitalización para fomentar el autocuidado durante el ingreso y al alta.


Una intervención protocolizada en pacientes ancianos que ingresan en un hospital de agudos puede disminuir las complicaciones que conlleva la hospitalización.


BIBLIOGRAFÍA: Canga Armayor A.D, Narvaiza Solís M.J- Intervención de enfermería para disminuir las complicaciones derivadas de la hospitalización en los ancianos. Gerokomos. 2006; 17 (1): 24-31. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1134928X2006000100003&script=sci_arttext&tlng=en

8 de marzo de 2012

TEMAS 3, 4 y 5


CONCORDANCIA ENTRE INDICES DE DEPENDENCIA EN LAS ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA. EXPERIENCIA DE APLICACIÓN EN POBLACIÓN GERIÁTRICA DE ÁMBITO RURAL.

La tendencia al envejecimiento de la población comporta un incremento importante de las enfermedades crónicas y degenerativas con problemas de dependencia y/o déficit funcional, que requerirán a corto o largo plazo soporte familiar y un aumento de las prestaciones sociales y sanitarias. La disminución de la capacidad para desarrollar las actividades de la vida diaria puede ser un signo de pérdida de salud.


Toda evaluación geriátrica debe incluir, como uno de sus aspectos principales, la medición de forma organizada de la capacidad funcional del anciano. El epígrafe “función física” incluye muchas actividades, que en la práctica clínica se traducen en la dependencia o independencia para la realización de las actividades de la vida diaria, de las que depende la permanencia del anciano en su hogar.

Las AVD están referidas a las tareas propias del autocuidado. Los índices de Katz y Barthel valoran, en concreto: vestirse, deambular, bañarse, asearse, control de esfínteres y comer. Su alteración se produce, por lo general, de forma ordenada e inversa a la adquisición de las mismas en la infancia.


Los índices de Katz y de Barthel no producen diferencias en la clasificación de la dependencia de las personas. Únicamente existe cierta discrepancia en la valoración del grado de continencia: el índice de Katz refleja menos dependencia en la incontinencia que el índice de Barthel, ya que este último valora la continencia según sea fecal y/o urinaria.
Lo mismo sucede  con el  grado de movilidad que, utilizando el índice de Katz, refleja menos casos de dependencia que aplicando el índice de Barthel, ya que la  movilidad en este último se valora en 3 aspectos: transferencia, andar y subir y bajar escaleras.

Dado que en global no existen diferencias debe ser el equipo de enfermería el que consensúe el tipo de escala que utilizará para evaluar la dependencia de los ancianos en función de las características del servicio.



BIBLIOGRAFÍA: Fontana C, Estany J, Pujol J, Segarra  I, Jordan Y. Concordancia entre índices de dependencia  en las actividades de la vida diaria. Experiencia de aplicación en población geriátrica de ámbito rural. ENFERMERÍA CLÍNICA. 2002;12,(2):47-53.

7 de marzo de 2012

TEMA 2


FISIOPATOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO ÓSEO



El deterioro funcional de los órganos y sistemas es la manifestación principal del envejecimiento. En el caso del hueso, se considera que el envejecimiento constituye un factor de riesgo primordial en la pérdida de masa y calidad ósea, lo que trae como consecuencia un aumento de la incidencia de fracturas.

Múltiples factores parecen contribuir a esta situación, entre los que se pueden incluir los cambios metabólicos que tienen lugar en el propio tejido óseo al envejecer entre los que desatacan: la peor calidad de las fibras de colágeno, la menor capacidad de reparación de microfracturas y  el aumento relativo de resorción ósea frente a la formación ósea.

Está bien documentado que durante el envejecimiento existe una disminución de las células osteoprogenitoras, un aumento del potencial adipogénico en la médula ósea a expensas de la condrogénesis y la osteogénesis, junto con una alteración de la competencia osteoblástica para modular la osteoclastogénesis. Estos factores pueden influir negativamente en la reparación de fracturas.
 
Los mecanismos fisiopatológicos de la osteopenia relacionada con la edad aún no están totalmente esclarecidos. Actualmente se considera clave el déficit de formación ósea al avanzar la edad, produciéndose una disminución drástica de las superficies de formación ósea frente a las de resorción, lo que indica una falta de capacidad osteoblástica para reconstituir el hueso resorbido en las unidades de remodelado óseo

Los datos actuales sugieren que el deterioro óseo que tiene lugar al envejecer no es sólo consecuencia de alteraciones hormonales, sino que se debe en gran medida a un aumento del estrés oxidativo. Tanto la disminución de los niveles de hormonas sexuales, que a su vez contribuye a disminuir los mecanismos de defensa contra el estrés oxidativo, como el aumento de la peroxidación lipídica y de los glucocorticoides endógenos (ambos hechos, en parte debidos también al estrés oxidativo) son procesos que promueven el deterioro óseo. Estos factores unidos a la pérdida de función osteoblástica y a la falta de respuesta a factores osteogénicos contribuyen a la aparición de la osteopenia/osteoporosis al avanzar la edad.


BIBLIOGRAFÍA: Portal-Núñez S, Lozano D., de la Fuente M., Esbrit P. Fisiopatología del envejecimiento óseo. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2011.

4 de marzo de 2012

TEMA 1


FACTORES PSICOLÓGICOS Y SALUD ASOCIADOS CON UN NUEVO PERFIL DE JUBILADOS



El perfil de las personas jubiladas ha sido modificado en las últimas décadas debido a los cambios sociales y económicos. Para crear la tipología de un posible nuevo perfil, se analiza el grado de interacción que pudieran tener determinadas variables sociales, psicológicas y de salud. 


En la actualidad, parte de los jubilados tendrían una serie de características sociodemográficas y psicosociales:
  •        Características socio-demográficas:
-   Disponer de recursos económicos (es decir, percibir ingresos superiores a la media de la pensión de jubilación)
-   Jubilarse anticipadamente (retirarse del mercado laboral antes de la edad oficial establecida),
-   Nivel académico apropiado (educación básica)
-   Vivir en el propio hogar.

  • Características psicosociales:
-   Disfrutar de buena salud física (ausencia de enfermedades físicas graves y percepción positiva de la propia salud),
-   Disfrutar de buena salud psicológica (bajos niveles de depresión y ansiedad y sentimiento de satisfacción vital)
-   Disfrutar de buena salud social (relaciones sociales frecuentes y satisfactorias)
-   Realización de actividades (de ocio, físicas o voluntariado)
-   Elevado autoconcepto positivo y bajo autoconcepto negativo.

El autoconcepto positivo conlleva a la aceptación real del proceso de jubilación, y cuando esto ocurre la persona afirma que la jubilación es positiva y agradable.  El autoconcepto negativo, por el contrario, conlleva una falta de adaptación a la jubilación y se percibe como un acontecimiento generador de crisis en el individuo.
  
 Cuando las personas dejan de trabajar, necesitan llenar y organizar todo el tiempo libre que les queda. Por ello, es importante la realización de actividades de ocio como una forma de facilitar el proceso de jubilación.

Tradicionalmente las personas mayores estaban ligadas a estereotipos negativos: aislamiento, soledad, dependencia, indigencia y declive intelectual. Hoy en día, y con estas características, se observa la existencia de un colectivo de personas mayores diferente con respecto al anterior.


BIBLIOGRAFÍA: Lizaso I, Sanchez de Miguel M, Reizábal L. Factores psicológicos y salud asociados con un nuevo perfil de jubilados. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. 2008; 24 (3): 303-324. 
Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/rpto/v24n3/v24n3a03.pdf

PRESENTACIÓN DEL BLOG


La creación de este blog tiene como finalidad aumentar los conocimientos sobre los temas impartidos en la asignatura "Cuidados de Enfermería en el Anciano" de 3º de Enfermería de la Universidad San Jorge, realizando una búsqueda bibliográfica basada en la evidencia.